El reto de la Electromovilidad

En 1900 cerca del 30% de los automóviles en Estados Unidos eran eléctricos, mientras que en 2023 representan un aproximado del 1%,. La aparición del “Modelo T” de Ford y de las gasolineras,  a costos competitivos, detonó el desarrollo de vehículos a gasolina, que fue el antecedente de la problemática que hoy buscamos revertir.

Punto de partida

En México la adquisición de automotores durante 2022 fue impactada por la escasez de semiconductores y la caída en la producción de automóviles a nivel mundial; la regularización de autos usados provenientes del extranjero; y la volatilidad en el precio de componentes automotrices, como el acero y el aluminio.

A nivel internacional, Noruega ha visto la estrecha relación de los incentivos fiscales con  la adquisición  de automóviles eléctricos, que impactó de manera negativa el principio de 2023.

Por su parte la compañía Toyota, señala que los insumos son limitados para el desarrollo de esta tecnología debe ser optimizada, por lo cual debe considerarse priorizarse ciertos sectores.

UITP realizó una propuesta: “El caso de los taxis eléctricos y las empresas de transporte en línea”, referido en Preventiva números 64, 65 y 66.

La priorización a que se refiere, son las flotillas de distribución de empresas privadas y el transporte público, de pasajeros, que impactaría de manera exponencial en el medio ambiente, ya que de manera general estas unidades alcanzan kilometrajes en un año, que vehículos particulares tardan entre tres y hasta cinco años, con sus implicaciones de desgaste y ser más contaminantes.

Partiendo de este supuesto, los beneficios que conlleva la electromovilidad para flotillas del transporte público son:

•La lucha contra el cambio climático y la reducción de las emisiones de gases contaminantes efecto invernadero

Ahorro de costos operativos (menor mantenimiento y costo de recargas)

Unidades más silenciosas


Pero para aspirar a ello, no podemos minimizar sus inconvenientes:

Altos costos de adquisición

Escasez de centros de recarga

Altos tiempos para su recarga

Unidades de mayor peso

El reto de la electromovilidad se plantea en tres ejes:

I.Preoperativo, con un papel decisivo por parte del gobierno, a través de políticas públicas e incentivos fiscales específicos para el servicio publico de pasajeros; alianzas con armadoras para que garanticen atender la demanda de unidades con las características requeridas; y promover e informar de las ventajas competitivas de su implementación, impulsado mediante foros y mesas de trabajo con la participación de transportistas.

II.Operativo, contar con centros de recarga y disponibilidad de energía suficiente, talleres para su mantenimiento, y oferta de proveedores de autopartes y baterías de nueva generación. Así como revisar y establecer un marco normativo acorde, -no es menor el tema- el destino final de todas las baterías que generará esta nueva industria.

III.Innovación, desarrollo de una oferta laboral especializada que siga avanzando y optimizando en esta tecnología, que permita crear una ventaja a futuro.

México tiene una ventaja competitiva al tener reservas de litio, que se convierte a su vez en un nuevo reto, el poder extraerlo y comercializarlo de acuerdo a la demanda internacional.

Pasos concretos ya se están dando, con la incorporación de nuevas unidades de RTP, la Línea 3 del Metrobús, así como el convenio de NAFIN y SEMOVI con KFW para impulsar electromovilidad en taxis CDMX, con bonos de 180 mil pesos.

Seguiremos pendientes.