7 de cada 100 muertes en el mundo se deben directamente a la exposición con partículas PM2.5, aquellas que tienen un diámetro igual o menor a 2.5 micrómetros, según una reciente investigación publicada en Nature que examina imágenes satelitales de alta resolución con estimados de exposición de PM2.5, y combina esa información con simulaciones de transporte químico a nivel global y enfermedades potencialmente relacionadas, todo en 204 países y 21 regiones, en el que México ocupa el lugar 11.

En cuanto a las muertes atribuibles a la contaminación por PM2.5, el estudio enlista como principales enfermedades relacionadas a la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (también conocida como EPOC), el cáncer de pulmón, las infecciones de vías respiratorias inferiores y la diabetes tipo II.

No obstante, los investigadores también atribuyen partos prematuros y trastornos neonatales, como bajo peso al nacer.

Las estimaciones verdaderamente reveladoras son las que tienen que ver con qué pasaría si se eliminaran ciertos tipos de contaminantes de PM2.5, y cuántas muertes se evitarían por cada una. Por ejemplo, cerca de un millón de muertes serían evitables eliminando las emisiones de combustibles fósiles, pues el 27.3% del total de muertes atribuibles a las PM2.5 (3.8 millones en 2017 según el estudio) provienen de combustibles fósiles.