PREVENTIVA NO. 65

Editorial. 

¿Qué imagen damos?

La persona que viaja o simplemente se traslada de un sitio a otro, comentará si lo trataron bien o mal, pero ojo, jamás dirá si fue “Antonio”, “John” o “François”, dirá el nombre del país, el gentilicio, el estado, el municipio, o la empresa a la que acudió por algún servicio, pero jamás el nombre, y dependiendo de la magnitud del suceso quedará en la mente de las personas de forma temporal o permanente. 

Una muestra, hace un par de horas detuvieron a un conductor del STC Metro que conducía un convoy de la Línea 2, y presuntamente estaba bajo los efectos del alcohol y abrió en la estación las puertas del vagón del lado incorrecto… ¿Qué fue lo primero que mencionaron? El Metro, el Metro de la Ciudad de México… 

La información corrió como pólvora primero por todas las redes sociales, y después a las redacciones de los diarios nacionales. Y como este, hay decenas de casos más por día… 

Estoy convencida que podemos hacer la diferencia, de que se hable de la mejor manera de México, y ahí sí, el trabajo es a la inversa, poner nuestro mayor esfuerzo, nuestro granito de arena, sé que hay días buenos y malos, de nosotros depende que los convirtamos en grandiosos.

Recuerdo un tuit en el que un extranjero que había viajado a Francia primero, le dijeron que era imposible llevarlo en un auto compacto con tantas maletas y tuvo que esperar por otra unidad. Días después, cuando llegó a México, le tocó que le brindara el servicio un Tsuru, y al ver el vehículo, tiró la toalla, y el conductor se las ingenió y lo llevó a su destino, el otro quedó impresionado y al mismo tiempo hablando maravillas de nuestro país… 

El reto para los años posteriores es enamorar a la población para que deje su auto en casa y tome el transporte masivo, colectivo o individual concesionado en su día a día, hagamos la diferencia que esto sea lo más amigable y eficiente, que de boca en boca se hable cada día mejor de este rubro, y el compromiso va para todos, incluye a autoridades y usuarios por igual 

 ¡Gracias! Rosaura Cervantes Conde