Estos días han sido días de tomar Taxi, de ver desde cómo se pasaban de largo hasta el escuchar el típico, “…No voy para allá”, para una distancia no mayor a 10 minutos. Afortunadamente me encontré con otros taxistas con los que tuve intercambio de impresiones, sobre qué hacían si veían a personas con alguna discapacidad y más si traían silla de ruedas, los cuatro conductores coincidieron que ellos sí se detenían porque “¡Sí vamos para allá…! A ser parte de las filas de la tercera edad con algún problema de movilidad”, o simplemente reconocieron que ya han pasado por algo similar, ya fuera por experiencia propia o con algún familiar, y es por ello que los atienden con gusto, porque están conscientes «y saben qué es estar del otro lado».

Hicieron hincapié que primero ven el tipo de silla de ruedas que trae el usuario: si son de las que se doblan, que hoy por hoy hay unas que son una maravilla, que además de hacerse pequeñas como paraguas-las cuales, han bajado su precio (en @MercadoLibre las pueden localizar como sillas de ruedas de traslado)-,  con este tipo de silla, no existe ningún inconveniente, de las otras sí se pasan de frente, porque no entran en la cajuela, lo que es un detonante para los viajes, que para uno de ellos, representa el 30% de su pasaje y sobre el tema, aprovechando la experiencia de uno de los compañeros que ya asistió al recién abierto #CENFES a cumplir con uno de los requisitos para renovar su tarjetón, mencionó que “estuvo interesante y el trato de los instructores excelente!!!”, dentro de lo que a él le llamó la atención fue el Reglamento de Tránsito, mecánica y trato al usuario, con énfasis al tema de las mujeres, a los mayores y a las personas con discapacidad, así también la App MiTaxi, cuya explicación fue clara y más cuando ‘el no domina la tecnología’.

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