Un estudio publicado en The Lancet (previo a la pandemia) investigadores aseguraban que la contaminación ambiental multifactorial, provocaba 300% más muertes al año que las causadas por el SIDA, la tuberculosis y la malaria sumadas, y 150% más que todas las guerras y otras formas de violencia, y aunque su impacto negativo en los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), y la merma en la calidad y disminución en la expectativa de vida son ampliamente conocidos, nuestras autoridades, y las de muchos otros países, no han sido capaces de frenar este gravísimo problema de salud, el que además de afectarnos a todos, genera una enorme presión sobre los sistemas sanitarios estatales.
Este problema en México, y específicamente en la CDMX -la más contaminada del país-, los especialistas estiman que la polución se roba anualmente la vida de entre 8 y 14 mil ciudadanos, de los más de 22 millones que viven atrapados en una urbe que salta de una contingencia ambiental a otra sin atacar la raíz del problema, obligando a sus habitantes a consumir involuntaria, y diariamente, un cóctel tóxico, en el que se integran sustancias, gases, residuos, partículas en suspensión, y ruido, agentes causales de cáncer pulmonar, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, intoxicaciones, pérdida auditiva, osteoporosis, y accidentes de tránsito, entre otros padecimientos.